¿El éxito en tu trabajo podría estar definido por tu makeup?
Por vez primera, en mis poco más de 10 años de carrera, soy la jefa. Cuando cualquiera de las personas de la página web de moda que dirijo quiere escribir una historia o gastar dinero de la compañía, me piden permiso.
Tengo más responsabilidad que nunca. También es la primera vez que uso maquillaje, real y de adulta, para trabajar. Cada mañana utilizo hidratante con color, lápiz de cejas, delineador y rímel. Termino con polvo y un labial rojo coral. Este proceso es tan esencial como checar mi correo por la mañana.
La lógica detrás del lipstick
Durante la mayoría de mi vida laboral tuve una relación casual con el maquillaje. Si tenía una junta importante trataba de por lo menos pintarme las cejas, pero me enfocaba más en el trabajo en sí.
No es que no me interesara cómo me viera, sino que la idea de ganar un ascenso (o incluso respeto), basado en parte en un mani perfecto, me parecía injusto y un poco deprimente.
Alguien que gasta tanto tiempo en cómo se ve no puede estar dando su máximo en el trabajo, pensaba. Y es posible que no sentía que importara. Y mis creencias fueron puestas a prueba.
Justo antes de que me dieran este trabajo tenía una jefa cuyo estilo de liderazgo me hacía checar tres veces cualquier correo antes de mandarlo, le tenía pánico.
En la oficina la adoraban; sin embargo, abiertamente nos decía que iba a salir a las 4 p.m. para teñirse el pelo. La veía irse, sabiendo que todavía estaría ahí por horas haciendo algún proyecto suyo, pensando cuándo tendría esa clase de poder, pero me di cuenta de algo: si quieres avanzar, debes preocuparte por cómo te ves.
Existen investigaciones que lo confirman. En un estudio del 2011 se enseñaron fotos de 25 candidatas para un puesto a un grupo de 91 hombres y 177 mujeres. Los que vieron las de chicas maquilladas, las calificaron como más agradables y competentes. La ciencia sugiere que no pintarte puede ser autosabotaje.
Señales silenciosas
Parte de mí no quiere caer en esto. Nuestros lugares de trabajo han evolucionado lo suficiente como para que podamos usar pantalones sin que nos penalicen profesionalmente, ¿por qué no podemos hacer nuestro trabajo usando sólo lip balm? ¿De verdad los hombres se preocupan en tapar las ojeras para impresionar al jefe?
“Hay algo bastante molesto acerca de decir que tienes que usar maquillaje para ser exitosa”, dice Haideh Hirmand, cirujano plástico y profesora asistente clínica de cirugía en Weil-Cornell Medical College en Nueva York, “pero la ciencia le enseña que la gente te juzga por tu apariencia. Ignóralo y te privarás de una herramienta que puede ayudarte a crecer”.
Mientras que jamás me tomaré el trabajo como un concurso de belleza, sí acepto que la presentación personal manda fuertes y claras señales.
Me acuerdo cuando mi (muy capaz) amiga me contó que un cliente la criticó por llegar a una junta temprano con el pelo húmedo. Para ella, lo estaba secando al aire; para él, se veía como si se hubiera quedado dormida. También, una cara lavada me hace ver más introvertida.
Fui freelance por años, trabajando sin makeup a unos pasos de mi recámara. Y estaba bien, porque nadie me iba a ver. Aunque sé que conseguí mi trabajo por mis propios méritos, la idea de presentarme en una reunión sin una gota de maquillaje se sentiría como que todavía no estoy lista para ver a la gente.
Como líder no puedo permitir que se me asocie con esa idea, aunque esté solamente en mi cabeza. Las mujeres exitosas muchas veces consideran el maquillaje como parte del paquete.
La canciller alemana Angela Merkel le dijo a Reuters que utiliza un makeup artist. Al considerar todo el esfuerzo que pongo en mi trabajo, me quedó bastante claro de que nada me iba a pasar si ponía un poco de empeño en mi apariencia.
Modus operandi
Usar makeup para la oficina empezó como un experimento secreto. Lo hice para aparentar #BossVibes. Ahora, es un must: no enfrento a mi equipo sin él.
Aunque instantáneamente no te convertirá en líder, previene la coach ejecutiva y fundadora de North of Neutral Anne Lueneburger, quien ha trabajado con ejecutivos en compañías como Google y LinkedIn, el maquillaje te ayudará a mejorar tu ‘presencia ejecutiva’ o la seguridad que hará que tu carrera avance y que los demás te vean como la jefa.
“Si piensas en una casa, la apariencia es la puerta de entrada”, dice. “No es tan interesante como la cantidad de seriedad que proyectas o la manera en la que te comunicas, pero sí importa”. Sé que me merezco estar aquí, conseguí el puesto porque soy inteligente y capaz, y aunque un delineador o un lipstick no hacen magia, actúan como armadura.
Con ojos definidos y labios rojos me veo decisiva, como alguien con autoridad que demanda atención. Con el maquillaje correcto soy capaz de poner ideas en acción de modo más efectivo. El disfraz es una señal para mí, y los demás, de que mis e-mails no van a ser ignorados, de que tengo el control.
Cosmoenespanol
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